domingo, 20 de marzo de 2016

EXPOSICIÓN DE ACUARELAS DE PEPE CUADRA EN LA CASA DE LOS HEVIA DE VILLAVICIOSA



El jueves 17 de marzo asistí a la exposición de acuarelas en La Casa de Los Hevia de Villaviciosa de Pepe Cuadra y salí emocionada.
 Al entrar le das un barrido a las pinturas y luego te sientas a escuchar el relato del autor que cuenta cómo se inspiró para crearlas. Fue un privilegio que no se va a repetir, ya que es la charla del primer día, de la presentación.
Pepe y su esposa Emi viajaron a Ecuador el verano pasado para hacer voluntariado a una misión de monjas carmelitas, donde había representación del norte y del sur de España: una monja asturiana y otra andaluza, además de otras nacionalidades del mundo.
Pepe nos contaba -simultaneado por Emi- que no era cuestión de hablar del paseo que se dieron por calles y pueblos, sino de la labor que estas monjas están haciendo con personas necesitadas de lo más básico para vivir y que habitan la selva pura y dura. Dice Pepe que lo suyo no es el don de la palabra, claro, lo suyo es pintar, que parece que un ángel se ha posado en su pincel para balancearse sobre el lienzo, que como dice el personaje de Velázquez, el pintor, en esa maravillosa serie El Ministerio Del Tiempo: “Sólo el que pinta la realidad mejor que nadie, puede hacer luego lo que le da la gana”, cuando alguien criticaba los “garabatos" de Picasso.
 También supo hablar y trasladarnos a aquel ambiente con ayuda de las fotos. Pudimos ver las caminatas que se dieron para ir de un sitio a otro, cómo tenían que caminar por la parte media de las carreteras y caminos para sortear el posible ataque de las serpientes que habitaban las cunetas. Incansables, derrotados al final del día, pero con fuerzas para empezar al día siguiente.
Me llamó especialmente la atención el relato sobre un chico que estaba en silla de ruedas después de haber sufrido un accidente, no podía hablar y le pedía por favor que le enseñara a hablar, Había perdido su movilidad, pero más terrible era aún no poder comunicarse. El don de la palabra, carecen de logopedas. ¿Qué hago con mis palabras -me pregunto yo-, cómo las utilizo para comunicarme con los demás, qué valor le doy a cada frase que suelto, cómo curo o amo o hiero con cada palabra que pronuncio?
Al principio Pepe no sabía cómo podría cooperar en la misión, así que las monjas ya le dieron su primer trabajo, que consistió en tallar un árbol que estaba desprendido en la selva, libre de termitas y abandonado. Esculpió una virgen del Carmen, una diosa del mar, que podía representar a cualquier madre ecuatoriana que  lucha por la supervivencia de sus hij@s en medio de la selva y a pesar de la pobreza y el abandono.
En Ecuador nadie fuma, o al menos, lo hacen a escondidas, no es un acto social el fumar, es un vicio solitario, así que Pepe se marchaba a meditar con su pipa de la paz.
No nos mostraron muchas fotos de su vida cotidiana durante su estancia en Cascales (Sucumbios), porque dice que el pudor ante el dolor y la pobreza no les permitía plasmarlo en la cámara. Lo que nos contaban nos hacía imaginarnos cómo eran, a pesar de no tener proliferación de imágenes.
Se quedaron prendados del paisaje y de las mariposas, yo vi algunas que trajeron, de las que habían emprendido su último viaje y regalaron su belleza para el mundo. Aquellas que cuando estaban cerradas parecían monstruos, al desplegar sus alas eran de una belleza sorprendente, no te esperabas esos dibujos con ese alarde de colorido y de combinación.
La finalidad de esta exposición es recaudar fondos para “La casa de los niños”, fundación creada en 1998 en Cascales (Sucumbios), en la Amazonía Ecuatoriana.
Se puede admirar hasta el día 27 de marzo de 10:00 a 14:00 y de 17:00 a 19:30 hrs en La Casa de Los Hevia de Villaviciosa.